Las Artes y el Metro de París

Détail de la station de métro du Palais-Royal (Hector Guimard)

Su nombre real es el Chemin de Fer Métropolitain; se trata del Metro de París,  y es el tercer metro más grande de Europa, con más de 200 kilómetros en su recorrido. Fue inaugurado en 1900  con los Juegos  Olímpicos, y con el paso de los años fue cambiando de nombres, hasta mantener el de hoy.

Y además de su nombre, este posee una gran variedad de particulares, sobre todo en lo que tiene que ver con su contribución a las artes y a la música.

Por ejemplo, una tradición muy antigua del Metro de París, con los Músicos del Metro. Se trata de una orquesta que se encuentra en el  orquesta en el vestíbulo de la misma.

Pero desde hace pocos años tiene un gran desventaja sobre todo para los turistas, y es que esta actividad no es totalmente libre. Se cree que las medidas tienen  que ver precisamente con no molestar a los turistas, pero de esta forma se les quita la posibilidad de ver algo tan característico. De hecho, quienes quieran mostrar su música o poder ganar algo de dinero, debes pedir una serie de permisos, y no puedes trasladarse ni jugar por los andenes y en los trenes.

Pero además de la música; los trenes de París, tienen el encanto que tiene toda la ciudad. Miles de personas sueñan con poder casarse en París, o tener un viaje romántico.  Por eso es que muchos cineastas y directores han tomado este lugar para recrear las más románticas de sus escenas.  Algunos personajes de ficción han viajado a través del metro ,y han contado a través de su argumento muchas de las particularidades que tiene este medio de transporte con sus pintorescas estaciones.

Y muchos escritores también han tomado como musa o como escenario este lugar tan característico de Francia, que alberga de una manera u otra; a los artistas.

Y, para los más chicos, también existe una especie de recreación o de curiosidad; ya que se puede encontrar El conejito Rosa. Este en realidad tiene que ver con la posibilidad de colocar una cinta con una leyenda en las puertas de los trenes del Metro de París para que sobre todo los niños no acostumbren a sacar las manos por las puertas. De hecho, este conejo con el tiempo, se ha convertido en un personaje de publicidad muy importante.

Para quienes viajen a París es importante que a todo lo que tienen que ver, que es muchísimo, le sumen además un paseo por este característico metro.